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La mente del principiante — Filosofía para Diseñadores y Líderes

5 min readOct 1, 2025
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Hace unos días, mi querido Tonix nos compartió un reel a mi y a Ulises para discutir en el nuevo Podcast que estamos piloteando, que me hizo reír y enojar al mismo tiempo. Un vato aseguraba que podía detectar si un Diseñador era senior dependiendo de qué tan detalladas fueran sus transiciones en Figma. Según él, la clave del seniority está en las animaciones.

Y aquí es donde vale la pena detenerse, porque ese comentario no es solo ridículo: es profundamente sintomático de cómo tratamos al Diseño como disciplina. Reducimos toda una práctica — que debería ser estratégica, compleja, centrada en entender a las personas y en dar forma a lo invisible — a un truco visual, a un efecto wow.

Es como decir que un médico es excelente porque sus recetas están escritas con caligrafía bonita o que un arquitecto es de élite porque sabe dibujar renders espectaculares, sin importar si el edificio se va a colapsar.
¿En serio ese es el estándar que queremos aplicar al Diseño?

El problema es que cuando confundimos la forma con la sustancia, no solo desvalorizamos la práctica: también empobrecemos la manera en la que pensamos nuestro propio rol como Diseñadores. Hacemos creer que el nivel de un experto se mide en lo vistoso, cuando en realidad debería medirse en su capacidad de cuestionar lo que está construyendo, por qué lo está construyendo y para quién.

El verdadero seniority no está en dominar la última función de un software, sino en aplicar pensamiento crítico sobre su propio trabajo. En reconocer que no todo lo que se puede hacer debe hacerse, y que la profundidad está en las decisiones, no en las transiciones.

Y así llegamos a hoy, que mientras estaba viendo un video de Samurai Guitarrist, habló de John Mayer y el “mindset del principiante”. John Mayer insiste en volver siempre a los building blocks de la música: acordes simples, progresiones básicas, escalas que parecen aburridas. Pero John Mayer ya es un maestro, uno de los mejores guitarristas con vida hoy, que podría deslumbrar con solos imposibles y adornos infinitos. Pero él mismo dice que lo importante y la clave de su constante evolución como músico, recae en su capacidad de volver a lo esencial. Un principiante no se fija en algo “avanzado” porque todavía no lo conoce. Un profesional no se fija porque sabe que es irrelevante en el contexto en el que se encuentra.

En Diseño, un principiante puede no usar animaciones porque no sabe cómo. Un Senior puede no usarlas porque entiende que no aportan nada al problema que está resolviendo.

El resultado es el mismo — ignorar lo superficial — pero las razones son completamente distintas. Y ahí está el verdadero Seniority: en la capacidad de decidir qué sí merece tu atención y qué no.

Y eso cambia todo. Porque el trabajo de un diseñador no es llenar pantallas de detalles para impresionar a otros diseñadores. Es preguntarse:

  • ¿Esto aporta claridad o solo entretiene?
  • ¿Vale la pena gastar horas aquí o necesito moverme rápido?
  • ¿Qué se entiende mejor: un wireframe en papel o un prototipo hiperrealista?
  • ¿Este es el mejor momento para meter IA, o lo que hace falta es hablar con usuarios?

El seniority no está en saberlo todo. Está en el criterio con el que se toman esas decisiones de qué poner y qué quitar. Es esa diferencia la que separa al experto del “showman”, el maestro que domina su instrumento para crear música, y el “virtuoso” que solo vomita ruido y notas que son técnicamente impresionantes pero no dicen nada a nadie.

El mindset de principiante

Hay un concepto en Zen llamado Shoshin: la mente de principiante. La idea es sencilla (pero poderosa): tener siempre la apertura para mirar lo conocido como si fuera nuevo.

Ese mindset es lo que mantiene vivo al profesional. No porque “todo se reinvente cada año”, sino porque te obliga a cuestionar lo que ya dabas por sentado, te ayuda a entender de dónde viene y cómo se conecta a ideas más grandes. Un Senior que de verdad merece ese título no se aferra al ego de “yo ya sé” sino que tiene la humildad de volver a las bases, reaprender, hackear sus propios métodos y recargar la curiosidad.

Ser Senior no significa tener un arsenal infinito de plugins, atajos de teclado o un repertorio completo de animaciones. Significa tener criterio.

El minset de principante en liderazgo

Un buen líder no se mide por la cantidad de trucos que domina, sino por su capacidad de mantener la humildad del mindset de principiante. Eso significa cuestionar su propia información, abrirse a lo que su equipo le trae a la mesa y usarlo para enriquecer la visión. Significa adaptarse sin ego, incluso cuando ya tienes años en el juego.

Pero ojo: liderar también es saber leer a tu gente. No dejarse apantallar por quien presenta un entregable lleno de adornos y confundirlo con madurez. La verdadera señal de seniority en alguien del equipo no está en las “lucecitas” de Figma, sino en cómo muestran solidez en lo básico, flexibilidad en cómo lo aplican y curiosidad para seguir aprendiendo.

Un líder que reconoce eso no solo inspira, sino que también desarrolla criterio colectivo: enseña a valorar la sustancia sobre la forma. Y ese es el tipo de cultura donde un equipo realmente crece.La pregunta incómoda

Así que la próxima vez que te preguntes si tú o alguien más realmente tiene un nivel de experiencia alto, no te ciegues por ver si sabes todos los hacks de la herramienta de turno.
Pregúntate:

  • ¿Puedo volver a lo básico?
  • ¿Tengo claro el criterio para decidir qué herramienta usar y cuándo?
  • ¿Soy capaz de enseñarle eso a otros?

Porque eso — y no tus transiciones en Figma — es lo que realmente separa a un principiante de un experto. Un principiante ignora lo superficial porque no lo conoce. Un experto lo ignora porque sabe que no importa.

👉 Entonces dime: ¿estás coleccionando trucos o entrenando tu capacidad de volver a lo esencial?

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Adrian Solca
Adrian Solca

Written by Adrian Solca

Diseñador Estratégico & Arquitecto de Experiencias. Hackeando la innovación más allá del teatro corporativo.

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